Mi padre está ingresado en el hospital recuperándose de una operación, y lo que véis en la foto es lo primero que le han dado después de muchas horas sin comer:
Sí, así es, le han dado un Bollycao, le han dado bollería industrial. ¿Qué os parece? Mal, supongo, ¿no?
Pues, bien, os contaré lo qué pasa realmente. Afortunadamente mi padre está en su casa y se encuentra bien de salud. Pero lo que sí que es cierto es que miles de pacientes de los hospitales reciben a diario en sus menús un producto que es idéntico a un Bollycao: galletas María. He aquí la foto original (de las muchas que se pueden encontrar) que he modificado:
¿Cómo dices? ¿Que las galletas María no son tan insanas como los Bollycaos? ¿Que equipararlos no tiene sentido? ¿Que estoy exagerando? Veámoslo:
Ingredientes de galletas María: Harina de trigo, azúcar, grasa de palma, jarabe de glucosa y fructosa, suero de leche en polvo, gasificantes (bicarbonato de amonio, bicarbonato de sodio), sal, emulgentes (lecitina de soja, leticina de girasol, agente de tratamiento de la harina (metabisulfito de sodio), aroma.
Ingredientes de Bollycao: Harina de trigo, agua, azúcar, grasas y aceites vegetales (palma, girasol), levadura, jarabe de glucosa y fructosa, cacao desgrasado en polvo, pasta de avellana, gluten de trigo, emulgentes (lecitina de girasol, trigo), proteína de la leche, suero de leche en polvo, sal, conservadores, aromas, estabilizantes, corrector de acidez, sales minerales y agente de tratamiento de la harina.
Como ves, son prácticamente iguales. En ambos casos se trata de una mezcla de harina refinada, azúcar, aceites vegetales refinados (palma, girasol) y aditivos, con algunas variaciones en las proporciones, en el procesado, y en algún ingrediente, que le dan un aspecto, textura y sabor algo diferente a cada uno. Pero el aspecto y el halo de alimento «tradicional» (muy convenientemente potenciado por la industria) que arrastra la galleta María dificulta esta concienciación.
El hecho es lamentable por dos motivos. No solo es preocupante que se alimente con comida basura a los enfermos, que son quienes precisamente necesitan una alimentación que sea lo más óptima posible para favorecer la recuperación, sino que, además, con esto se transmite a la población el mensaje de que estos alimentos son saludables. «¿¿Cómo no va a ser sana la comida que te ponen en el hospital cuando estás enfermo??» (Los chanchullos de la AEP tampoco ayudan).
Por otra parte, tenemos también este reciente estudio, publicado en el Journal of the American Medical Association, que nos muestra que alimentar bien a los pacientes podría ahorrar 9.000 € anuales por paciente.
Y, como seguramente deducirás, este artículo no surge con la idea de hacer simplemente una broma. Sino porque creo que difundir este tipo de artículos es una forma de «atraer» y concienciar de la situación a aquellos que ven con malos ojos a la «bollería», pero aún dejan fuera de ella a productos como las galletas.
Si lo que has visto te indigna, ayúdame a difundirlo.
También puedes apoyar la campaña que inició Javier Bravo Sánchez.
En este artículo tienes más detalles sobre las galletas y los ultraprocesados en general.
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